Susana,madre de Pablo y Emilia, les sirvió una exquisita merienda mientras les contaba un cuento acerca de un árbol muy antiguo llamado Drago le Icod.
Al terminar la merienda Pablo pidió permiso para salir a jugar con su hermana al parque,Susana lo miro fijamente y le ordeno que cuidara de Emilia como un hombrecillo ya que al ser tan pequeña podría perderse en el gran jardín.
La casa estaba rodeada de altos y viejos pinos, sequoias de casi 100 metros y cercada de frondosas ligustrinas que impedían ver la vivienda desde afuera.Susana es una gran conocedora de arboles y plantas, sus preferidas son las azaleas por su color fuerte y vibrante.
Pasada las 2 horas tocaron el timbre.Susana asombrada miro por la ventana, salio de su casa y sorprendida por la visita de dos vecinas amablemente les pregunto que las traía por aquí.Las mismas atentas a de quien del otro lado las atendía,se quejaban y pedían explicaciones.Una culpaba a sus hijos por los gritos que emitían en horas donde la gente normal suele dormir y la otra alertaba a susana que había encontrado a su hijo en circunstancias poco comunes en un niño de esa edad.
Decía que lo había visto hablando solo,casi delirando y que su hijo,compañero de escuela,estaba completamente traumado y asustado ya que Pablo le había contado ciertas cosas que el pobre niño no podía entender.
Susana hecho a las mujeres cerrando las puertas de un golpe tal que las ventanas temblaron como se agitan las víboras con el viento marino.Corriendo entristecida entro a la casa,fue a la ventana de la cocina y al ver a sus hijos jugar se dio cuenta que nada había cambiado.
Su hija estaba viva por lo menos en Su triste ilusión de realidad.
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